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¿Qué son los robots colaborativos y para qué se usan?
El uso de robótica en entornos industriales no es nada nuevo. El primer robot industrial conocido se puso en marcha en 1937 en Inglaterra, y era absolutamente básico: piezas montadas tipo mecano accionadas mediante un único motor eléctrico.
A partir de los años 50 empiezan a aparecer patentes de robótica, con ingenios diseñados para realizar labores repetitivas, y normalmente manejando grandes pesos. En los 70 con los avances en informática las posibilidades de programación y precisión se dispararon, y empezaron a aparecer robots mucho más sofisticados para aplicaciones como montaje y soldadura.
Más recientemente, las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial y automatización en domótica han multiplicado las posibilidades de esta tecnología. A las grandes maquinarias industriales se han sumado en los últimos tiempos los robots colaborativos, muy usados en industria automovilística y sectores productivos.
Robot colaborativo vs. robot industrial.
Son las dos tendencias principales en el sector ahora mismo. No compiten entre sí, sino que cada uno tiene pros y contras, y deben utilizarse en el lugar adecuado, dependiendo de las características del producto y de los objetivos de producción.
Los robots colaborativos (o cobots) reciben ese nombre porque se combinan con un trabajador humano, que puede realizar su labor cerca de la maquinaria sin riesgo. No así los robots industriales, que necesitan de unas medidas de seguridad que muchas veces suponen que el trabajador no está en el mismo espacio físico que la máquina.
La instalación y operativa de los cobots no precisa del uso de vallas industriales ni otros sistemas de seguridad, salvo en casos concretos. De este modo se ahorra espacio sin sacrificar la prevención de riesgos laborales.
La instalación de robots industriales es compleja y cara. Son grandes montajes que requieren de una planificación importante y conllevan una amortización a largo plazo. A cambio, los robots colaborativos son mucho más sencillos de instalar y usar, y han permitido que las pequeñas y medianas empresas se beneficien de sus ventajas.
Robots colaborativos para mejorar la calidad de los puestos de trabajo.
Además de incrementar la seguridad en los espacios en los que se maneja maquinaria pesada, un cobot permite derivar los trabajos más repetitivos, que se hacen con mayor exactitud y sin la carga mental que este tipo de tareas impone en la plantilla humana. Además se puede ocupar de las tareas con menos ergonomía, cuidando así la salud de los trabajadores.
La interacción entre robot y operario es habitual, las máquinas colaborativas están programadas con sensores para detectar las órdenes que vienen del exterior, y permite automatizar determinados procesos.
Aunque por su envergadura no tienen la misma fuerza o precisión que un robot industrial, sí se usa por ejemplo para ejercer fuerza a velocidades considerables en un espacio físico reducido. Es fundamental la labor del responsable de calidad o responsable de proyecto, que es el que valora las necesidades del cliente y genera las especificaciones que luego seguirá el programador o instalador de robótica.
Frente a los robots industriales, la programación de los cobots es más intuitiva y, aunque requiere de conocimientos específicos, su manejo diario es mucho más sencillo y flexible, permitiendo ajustes en función de las necesidades.
Robots colaborativos para potenciar la rentabilidad.
En ALTERTECNIA utilizamos, siempre que el proyecto lo requiere, robots colaborativos para nuestros proyectos industriales, especialmente en el sector de la automoción.
Este tipo de maquinaria nos permite plantear relocalizaciones con facilidad, algo que utilizamos especialmente en nuestros proyectos de Quality Services, retrabajos y prototipado. De este modo reubicamos y reprogramamos las máquinas en función de las necesidades, lo que nos da una gran flexibilidad y nos permite realizar un trabajo basado en Lean Manufacturing, eliminando desperdicios y reduciendo costes.
