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Layouts en alimentación: ¿cómo influyen las normativas IFS y BRC?
A la hora de diseñar un layout industrial en el sector de la alimentación, es importante tener en cuenta la operatividad y eficiencia; pero no menos importante es contemplar la normativa a cumplir, que en este caso es especialmente estricta para evitar problemas de salud pública.
Las normas IFS y BRC son dos marcos de referencia a tener en cuenta. En este post analizamos los diversos factores a contemplar en su aplicación, así como otras legislaciones relevantes.
IFS y BRC: ¿qué son y por qué son importantes?
La normativa IFS, o International Featured Standards, es un conjunto de estándares reconocidos internacionalmente que establece requisitos de calidad y seguridad alimentaria para empresas en la cadena de suministro.
Existen varios tipos de normativas IFS, cada una adaptada a diferentes sectores de la industria alimentaria. Cumplir con los estándares de IFS no solo garantiza la conformidad con regulaciones internacionales, sino que también mejora la competitividad de las empresas al demostrar su compromiso con la excelencia y la calidad del producto.
La normativa BRC, o British Retail Consortium, es un conjunto de estándares de seguridad y calidad alimentaria establecidos por el consorcio británico de minoristas. Se compone de diversas normas, como BRC Food, BRC Packaging, entre otras, adaptadas a diferentes sectores de la cadena alimentaria y del envasado.
La consideración de la normativa BRC en el diseño de layouts industriales es crucial, ya que proporciona directrices específicas para garantizar la seguridad y la integridad de los productos desde su producción hasta su distribución.
¿Qué aspectos de la normativa hay que contemplar a la hora de diseñar un layout?
Tener en cuenta la normativa es imprescindible para una planificación estratégica, contemplando todos los pasos de la cadena de producción.
Acceso a materias primas, condiciones ambientales, seguridad, logística, trazabilidad… hay que contemplarlo todo, y el momento de hacerlo es en la fase de diseño para evitar futuros problemas o cuellos de botella.
Zonificación y Separación de Áreas
La normativa es muy clara a la hora de clasificar las áreas de trabajo según el riesgo de contaminación, dividiéndolas en zonas de alto y bajo riesgo.
Lógicamente, las zonas de alto riesgo requieren un tratamiento especial, con medidas estrictas de control ambiental y acceso restringido. Hay que priorizar además la accesibilidad para la limpieza y desinfección.
Flujo de Materiales y Personas
Las normativas IFS y BRC destacan la importancia de rutas de trabajo claramente definidas, evitando cruces innecesarios y asegurando la separación adecuada entre áreas de alto y bajo riesgo.
Se requiere una planificación meticulosa para garantizar que el transporte interno, ya sea manual o automatizado, no comprometa la integridad de los productos. Asimismo, se fomenta la implementación de tecnologías que faciliten la trazabilidad y el monitoreo en tiempo real del flujo de materiales.
Higiene y Limpieza
El diseño debe integrar superficies y materiales resistentes a la corrosión, no porosos para evitar la posible retención de contaminantes y fáciles de limpiar. Se establecen directrices específicas para la disposición de equipos y maquinaria, asegurando accesibilidad para tareas de limpieza exhaustivas.
En cualquier caso, los protocolos de limpieza deben ser claros y exhaustivos.
Control de Plagas
En este punto se contempla la implementación de barreras físicas, como sellos herméticos y pantallas, para prevenir la entrada de insectos y roedores.
Las normativas IFS y BRC también establecen la necesidad de inspecciones regulares y monitoreo constante para detectar signos tempranos de actividad de plagas. Además, se destaca la importancia de capacitar al personal para reconocer y reportar posibles riesgos de infestación, con un protocolo claro de acción rápida.
Almacenamiento y Manipulación de Productos
Las normativas IFS y BRC establecen requisitos específicos para la disposición de estanterías y sistemas de almacenamiento que eviten la contaminación y faciliten la identificación y rotación de productos.
El diseño debe garantizar la integridad de los productos almacenados, considerando aspectos como la temperatura, la humedad y la ventilación. Se promueve la planificación de áreas de almacenamiento segregadas para diferentes categorías de productos, asegurando la trazabilidad y previniendo la contaminación cruzada.
Documentación y Registro
La documentación debe mantenerse actualizada desde la fase de diseño hasta la puesta en marcha, y también durante la actividad de la planta.
La gestión documental incluye planos, especificaciones técnicas y protocolos de diseño. Además, se promueve la creación de manuales de procedimientos detallados que reflejen el diseño y sirvan como referencia para el personal. La documentación debe ser accesible y revisada periódicamente, asegurando una transparencia completa en el proceso.
Otras normativas a tener en cuenta
IFS y BRC no son las únicas normativas específicas a tener en cuenta en el diseño de layouts industriales para el sector alimentario. Según el caso, también pueden influir otras como:
- ISO 22000. Un estándar internacional para el control de riesgos en la cadena alimentaria.
- HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Aunque no es una normativa en sí misma, es un sistema esencial para identificar, evaluar y controlar los riesgos alimentarios.
Y además en España hay que contemplar la normativa europea, estatal, regional e incluso local, si procede.
Es mucha documentación que no puede obviarse, por eso en ALTERTECNIA estamos especializados en diseños de layout, y en concreto de layout para el sector alimentario.
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