
ARTÍCULO
Errores comunes al insonorizar espacios industriales (y cómo evitarlos desde el diseño)
Insonorizar espacios industriales suele plantearse tarde. Normalmente cuando ya hay ruido o quejas. Cuando la nave ya está en marcha y cualquier intervención implica parar, desmontar o improvisar.
Lamentablemente, se trata de un error habitual: dejar la acústica para el último momento, como si fuera un extra opcional. Se proyecta la estructura, se define el layout, se instalan equipos… y solo cuando el sonido rebota por toda la nave se piensa en qué hacer con él.
¿El problema? A esas alturas, las soluciones son más caras, más complejas y menos eficaces.
En este artículo repasamos los errores más comunes al insonorizar espacios industriales y explicamos cómo se pueden evitar si se aborda el confort acústico desde la fase de diseño. Porque un entorno ruidoso no solo es incómodo: es improductivo, inseguro y, la mayoría de las veces, evitable con un diseño adecuado.
El problema de dejar la acústica para el final
Cuando se diseña una nave industrial, las decisiones clave suelen centrarse en la estructura, la distribución del espacio, las instalaciones eléctricas o el sistema de climatización. Todo eso se proyecta con detalle. Pero el comportamiento acústico del espacio rara vez se contempla en los primeros planos.
¿Qué ocurre? Pues que nos encontramos con espacios con superficies duras y reverberantes. Espacios sin materiales absorbentes, ineficaces frente al ruido de maquinaria, los sistemas de extracción, los golpes o las vibraciones. En cuanto se pone en marcha la actividad, no hay forma de controlar el ruido.
En ese momento, insonorizar ya no es una opción sencilla. Hay que adaptar soluciones a un entorno en funcionamiento, con limitaciones de tiempo, acceso y compatibilidad con los procesos. Las opciones más eficaces pueden ser inviables por falta de espacio o por el impacto que tendrían sobre la operativa.
Insonorizar espacios industriales a posteriori implica asumir más coste, más complejidad y menos margen de maniobra. Por eso, integrar la acústica desde el principio es una inversión inteligente que mejora la funcionalidad y ahorra futuras reformas.
>> Lee más: ¿Cuál es el mejor layout para tu fábrica o almacén?
5 errores comunes al insonorizar espacios industriales
Cuando se trata de insonorizar espacios industriales, hay decisiones se toman con buena intención… pero sin conocimiento técnico específico. No basta con “amortiguar el ruido” o “colocar algo que aísle”.
La insonorización de espacios industriales tiene particularidades que la diferencian de otros entornos. Por eso, entender los errores más comunes no es solo útil para quien diseña, sino también para quien gestiona, reforma o toma decisiones sobre el mantenimiento.
1. Insonorizar sin diagnóstico previo
Uno de los errores más frecuentes es actuar sin saber de dónde viene exactamente el ruido. Se colocan paneles, espumas o barreras sin haber analizado las fuentes principales ni cómo se propaga el sonido dentro del espacio. El resultado: intervenciones poco eficaces y gasto innecesario.
2. Usar materiales inadecuados para entornos industriales
No todo material absorbente vale. Algunos funcionan en oficinas o locales, pero no resisten el polvo, la humedad, los golpes o la carga térmica de una nave industrial. Si no se eligen soluciones compatibles con el entorno, se van a deteriorar rápido o directamente no van a hacer su función.
3. Pensar que más grosor es mejor
La efectividad de un sistema de aislamiento no depende solo del grosor. También influyen su composición, su forma de instalación, los puntos de unión, las vibraciones y las rutas indirectas del sonido. Poner más material no siempre implica más aislamiento.
4. Olvidar elementos clave
A veces se actúa sobre paredes y techos, pero se dejan sin tratar las fuentes directas: maquinaria, conductos, compresores, puertas o cubiertas metálicas que vibran. La solución debe ser global, o el ruido encontrará por dónde colarse.
5. No distinguir entre aislamiento y acondicionamiento
El aislamiento impide que el sonido entre o salga de un espacio. El acondicionamiento mejora la calidad acústica dentro de ese espacio. Son dos estrategias distintas, y en una nave puede ser más útil reducir la reverberación interior que cerrar el paso al ruido exterior.
¿Cómo evitar estos errores desde el diseño?
La clave está en anticiparse. Cuando el confort acústico forma parte del proyecto desde el principio, las soluciones se integran con más facilidad, funcionan mejor y cuestan menos. No se trata de añadir más elementos, sino de elegir bien desde el primer plano entre las opciones disponibles, por ejemplo:
- Materiales fonoabsorbentes en paredes y techos desde la fase de obra, en lugar de añadirlos después con soluciones sobrepuestas.
- Barreras acústicas integradas en zonas críticas del layout, adaptadas a los flujos de trabajo y al tipo de maquinaria.
- Sistemas de ventilación, climatización o extracción pensados para minimizar el ruido, evitando vibraciones y resonancias.
- Sectores o compartimentaciones que permitan contener el ruido sin afectar la movilidad interna.
- Un diseño del espacio que combine aislamiento y acondicionamiento, con una estrategia global desde el inicio.
Además, cuando se planifica bien, se evitan conflictos posteriores entre acústica y otros elementos clave: iluminación, seguridad, acceso a equipos o mantenimiento.
Si estás reformando una nave o proyectando desde cero y no quieres que el ruido se convierta en un problema más adelante, en ALTERTECNIA te ayudamos a integrar soluciones desde el diseño, para que cada decisión técnica contribuya a un entorno más funcional, seguro y confortable.
Ponte en contacto con nosotros y cuéntanos qué necesitas. Estudiamos tu caso y te proponemos las soluciones más adecuadas para que tu espacio trabaje a tu favor desde el primer día.