
ARTÍCULO
Construcción modular: una alternativa real a la obra tradicional
Durante mucho tiempo, hablar de construcción era hablar de ladrillos, hormigón y cemento. La imagen típica de una obra incluía andamios, polvo y plazos interminables. Frente a este modelo tradicional, la construcción modular propone un cambio radical: fabricar el edificio en una planta industrial y ensamblarlo después en la parcela.
En lugar de levantar cada elemento al aire libre, gran parte del trabajo se traslada a un entorno controlado, con procesos precisos y supervisados. Los módulos se producen completos (con estructura, cerramientos e instalaciones) y llegan listos para colocarse en obra, así se reducen tiempos y se asegura una calidad uniforme.
Este sistema ofrece una alternativa más rápida, eficiente y sostenible, que empieza a consolidarse en España y que en países europeos como Suecia o Países Bajos ya representa una parte muy significativa del mercado de la edificación.
Qué es la construcción modular
La construcción modular es un sistema constructivo basado en la fabricación de módulos tridimensionales completos en un entorno industrial controlado. Cada módulo incluye estructura, cerramientos, instalaciones e incluso acabados interiores.
Una vez terminados, los módulos se transportan hasta la parcela y se ensamblan en obra. Allí se realizan las conexiones finales a las redes de agua, saneamiento, electricidad o climatización, obteniendo un edificio plenamente operativo en plazos muy reducidos.
Conviene distinguir entre construcción modular y construcción industrializada. La primera se centra en el uso de módulos tridimensionales, mientras que la segunda abarca cualquier proceso que incorpore técnicas de fabricación industrial: desde paneles y elementos prefabricados hasta sistemas completos ensamblados en fábrica.
Ventajas de la construcción modular y algunas limitaciones a tener en cuenta
La primera y más obvia de las ventajas es el tiempo: los módulos se fabrican en paralelo a los trabajos de cimentación y preparación del terreno, lo que permite reducir los plazos de entrega de manera notable.
El entorno industrial controlado asegura mayor precisión en cada fase del proceso. Esto se traduce en menos errores, mejor calidad de acabado y condiciones de seguridad más estables para los trabajadores. En resumen:
- Ejecución rápida, con plazos hasta un 50% más cortos.
- Cumplimiento del presupuesto inicial, al minimizar imprevistos.
- Reducción de residuos y menor impacto ambiental.
- Condiciones de trabajo más seguras y eficientes.
Además de la eficiencia, la construcción modular aporta versatilidad. Los módulos se adaptan a distintos usos y tipologías: desde naves industriales y oficinas hasta colegios, hospitales o viviendas personalizadas.
>> Lee más: Ventajas de la construcción prefabricada en estructuras metálicas.
Pero este modelo constructivo también plantea desafíos que conviene considerar. El primero es cultural: todavía persiste la idea de que lo “prefabricado” equivale a temporal o de menor calidad, lo que genera cierta desconfianza en parte del mercado.
Existen también condicionantes técnicos y normativos. La integración de los módulos debe ajustarse a las ordenanzas urbanísticas, al Código Técnico de la Edificación y a otras normativas específicas de seguridad, eficiencia energética y resistencia al fuego.
Otro aspecto clave es el transporte y montaje. Mover grandes módulos implica costes adicionales, así como la necesidad de grúas y accesos adecuados. Además, en los casos de módulos reubicables, su durabilidad puede verse comprometida si el desmontaje y el traslado no se realizan en condiciones óptimas.
Por ello, cada proyecto requiere un análisis previo riguroso para determinar si la construcción modular es realmente la solución más adecuada.
Tendencias y futuro de la construcción modular
La construcción modular todavía representa un porcentaje reducido en España, pero las previsiones apuntan a un crecimiento sostenido. Algunos estudios sitúan el crecimiento cerca del 10% en los próximos años, impulsado por la necesidad de reducir plazos y mejorar la eficiencia en la edificación.
En Europa el panorama es distinto. Países como Suecia o los Países Bajos superan el 40% de edificaciones realizadas con sistemas industrializados. Esa diferencia muestra el recorrido que aún tiene este modelo en el contexto nacional y la oportunidad que supone para promotores e inversores.
El sector también destaca por su capacidad para atraer talento. Frente a la obra tradicional, la modular ofrece condiciones laborales más seguras y estables, lo que facilita la incorporación de perfiles jóvenes y especializados.
A nivel institucional, iniciativas como el PERTE de vivienda refuerzan el camino hacia la industrialización, favoreciendo una transición progresiva hacia sistemas más productivos, sostenibles y competitivos.
Por qué la modularidad marca el futuro de la construcción
La construcción modular podría estar marcando el norte hacia el que se dirige la edificación: procesos industrializados, controlados y medibles. Este enfoque acerca la construcción al modelo de otras industrias, donde la planificación, la eficiencia y la calidad estandarizada son la norma.
Más allá de plazos y costes, su verdadero valor está en la posibilidad de replantear cómo concebimos los edificios: como productos diseñados para cumplir objetivos concretos, con procesos claros y resultados predecibles. Esa mentalidad es la que marcará la competitividad del sector en los próximos años.
En este sentido, la modularidad abre la puerta a un cambio cultural: pasar de una construcción entendida como algo artesanal y poco previsible, a un sistema capaz de integrar innovación, sostenibilidad y productividad en un mismo marco. Quienes sepan adaptarse a esta lógica estarán en mejor posición para afrontar las demandas del mercado y de la sociedad.
En Altertecnia seguimos de cerca la evolución de esta y otras soluciones industrializadas. Nuestro objetivo es aplicar las innovaciones que realmente aportan valor a cada proyecto. ¿Quieres que nos ocupemos del tuyo? ¡Consúltanos!



