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Smart Factory: la fábrica inteligente en la ingeniería 4.0
La industria está sujeta a continuos cambios que promuevan su productividad, que integren nuevas tecnologías, o que la hagan más respetuosa con el medioambiente. Pero es el concepto de la Smart Factory o de fábrica inteligente, sin duda, el que está llamado a revolucionar el sector industrial en todos esos aspectos.
Qué significa Smart Factory
El término “Smart Factory” alude a instalaciones de producción altamente digitalizadas y conectadas. Es una dinámica dentro de la Industria 4.0, que considera este tipo de fábricas como las fábricas del futuro, y que ya comienza a implantarse.
Las tecnologías utilizadas a tal fin van desde la Inteligencia Artificial, pasando por la conectividad del Internet de las Cosas, a por supuesto la ya empleada robótica. Estas fábricas, enormemente flexibles y que pueden “aprender” o depurar los procesos, podrían llegar a ser casi autónomas.
De este modo, pasamos a una fábrica donde cada eslabón de la cadena productiva, cada proceso, cada robot, emite datos constantemente para que puedan ser recabados y analizados posteriormente (Big Data).
Pero no solo permite mejorar la producción a nivel de eficiencia, esta digitalización propicia un dinamismo mayor, pudiendo adaptar la producción a cada cliente, a cada producto o necesidad concreta.
Beneficios de las Smart Factories
Conectividad, autonomía y una ingente cantidad de datos útiles son solo unas pinceladas de las ventajas que puede reportar una Smart Factory o fábrica inteligente. Pero no quedan ahí:
- El medioambiente se beneficiará de los procesos de fabricación más eficientes, por ejemplo, mediante la fabricación aditiva que emplea menos material y disminuye los residuos. Por otra parte, la Smart Factory también está llamada a integrar las energías renovables, reduciendo también de este modo su impacto ambiental.
- La interconexión de los elementos de la fábrica permitirá obtener un entorno proactivo. Puede incluso conectarse con agentes externos como proveedores o clientes concretos, lo que podría permitir aceptar pedidos, comenzar la producción en el momento en el que haya demanda, o informar del estado de un pedido ya realizado.
- Otras tareas asociadas a la factoría inteligente, como la logística, también podrían verse beneficiadas.
Expectativas y retos de cara a la implementación de las Smart Factories
Dado que el propio Internet de las Cosas está en desarrollo, las Smart Factories están todavía a día de hoy en una etapa incipiente.
Sin embargo, se prevé que la Smart Factory se popularice alcanzando la totalidad de los campos de la industria. Algo que sucederá, eso sí, progresivamente.
Hay algunas tecnologías que ya son desde luego maduras y que se emplean en las industrias más punteras, pero para su extensión de un modo generalizado aún hay algunos escollos. El primero de ellos es la falta de especialistas en Big Data.
La cantidad de datos que se pueden desprender de una instalación de este tipo son ingentes y valen su peso en oro, sin embargo, sin una adecuada “criba”, sin interpretar, es muy difícil utilizarlos en beneficio propio.
Los nuevos equipamientos requieren, por otra parte, no solo de profesionales y técnicos cualificados, sino de nueva maquinaria que a menudo es costosa. Si bien esta maquinaria se rentabiliza a largo plazo y su coste puede ser asumido por las industrias de más peso, no es sencillo en el caso de fábricas de tamaño medio y pequeño.
Hay un punto especialmente problemático, que es el tránsito entre la fábrica convencional y la Smart Factory. Durante esa ventana de tiempo se pueden producir pérdidas derivadas de paradas o de la ralentización de la producción. En cualquier caso, son problemas que un project manager competente puede minimizar.
En definitiva, en ALTERTECNIA apostamos sin ningún género de dudas por la Smart Factory y sus ventajas, pero la transición debe realizarse de forma metódica, teniendo en cuenta las dificultades que sin duda van a surgir en este proceso.
