Estructuras para naves industriales

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Tipos de estructuras metálicas para naves industriales: ¿cuál te conviene según tu actividad?

Elegir entre las distintas estructuras para naves industriales es una de las decisiones más importantes en cualquier proyecto de construcción o reforma. No se trata solo de un tema técnico: la estructura condiciona la funcionalidad, el coste, los plazos y la capacidad futura de adaptación del espacio.

Y no, no todas las estructuras metálicas sirven para todo.

Si estás pensando en construir una nave o reformar la que ya tienes, conviene conocer las opciones más habituales en cuanto a estructura. No para convertirte en técnico, sino para entender qué posibilidades existen y cuáles tienen más sentido para tu tipo de actividad.

En este post te mostramos algunos de los tipos de estructuras metálicas más comunes en naves industriales. Conocerlos te dará una buena base para empezar a decidir con criterio.

 

5 razones para elegir una estructura metálica para tu nave

Las estructuras metálicas son una de las soluciones más utilizadas en la construcción industrial. Por estas razones: 

  1. Rapidez de ejecución: las piezas llegan prefabricadas y se ensamblan en obra con poco margen de imprevistos. 
  2. Relación coste-rendimiento: permite cubrir grandes luces con menos material, lo que se traduce en un mejor aprovechamiento estructural y una mayor economía de medios.
  3. Versatilidad de diseño: es ideal para soluciones a medida, ampliaciones futuras o proyectos donde se requiera una geometría específica.
  4. Ligereza estructural: comparado con el hormigón, el metal es mucho más ligero. Eso facilita el transporte y la manipulación, y permite reducir el dimensionado de la cimentación.
  5. Montaje en seco: no necesita tiempos de fraguado ni procesos húmedos prolongados. Así se facilita la ejecución incluso en entornos complejos o con climatología adversa.

Por todas estas razones, la estructura metálica es la opción preferida en naves logísticas, talleres, almacenes, centros de producción y, cada vez más, en proyectos híbridos o modulares.

 

Los 7 tipos de estructuras metálicas más comunes

La estructura de una nave no es solo una cuestión de resistencia o cálculo técnico: influye directamente en cómo se va a trabajar dentro del espacio. 

Determina si habrá apoyos intermedios, qué altura libre se puede aprovechar, cómo circularán las personas y los vehículos, e incluso si será fácil reconfigurar zonas según evolucione el negocio. 

Estas son las estructuras más utilizadas en construcción industrial: 

 

1. Pórticos rígidos

Este sistema es el más habitual en entornos industriales. Está formado por pilares y vigas unidos de forma rígida, generalmente mediante soldadura o atornillado. 

Su principal ventaja es que permite cubrir grandes luces sin necesidad de apoyos intermedios, lo que facilita la circulación de vehículos, la distribución de maquinaria o la instalación de puentes grúa. 

Es una estructura robusta, fiable y muy versátil, ideal para naves de producción, almacenes logísticos o talleres mecánicos.

 

2. Cerchas o armaduras trianguladas

Las cerchas distribuyen las cargas a través de triángulos formados por perfiles metálicos, lo que permite aligerar el peso total de la estructura sin perder capacidad resistente. 

Esta solución es especialmente útil en cubiertas de gran superficie, donde se necesita cubrir grandes vanos sin sobrecargar la cimentación. Además, su construcción suele ser más económica en términos de consumo de acero, lo que la convierte en una opción muy valorada en proyectos que buscan optimizar recursos sin renunciar a la amplitud del espacio.

 

3. Estructuras prefabricadas modulares

Cuando se busca rapidez de ejecución y previsibilidad en costes, las estructuras modulares son una excelente alternativa. 

Se fabrican en taller y se ensamblan directamente en obra, lo que reduce notablemente los plazos y permite controlar la calidad desde el origen. Además, su diseño por módulos facilita ampliaciones futuras o incluso el desmontaje parcial si cambia el uso del espacio.

Son muy utilizadas en instalaciones logísticas o proyectos con fuerte crecimiento previsto.

 

4. Porticadas con perfiles laminados (IPE, HEB…)

Esta opción, basada en el uso de perfiles metálicos estándar como los IPE o HEB, es ideal para construcciones sencillas o ampliaciones de bajo requerimiento técnico. 

Se trata de una solución económica y fácil de montar, perfecta para naves pequeñas, talleres auxiliares o cubiertas adosadas. 

Su sencillez estructural no impide una buena durabilidad si se diseña y ejecuta correctamente, y su rápida instalación la convierte en una opción interesante cuando el tiempo es una variable clave.

 

5. Estructuras mixtas (acero y hormigón)

En determinados casos, la combinación de acero y hormigón permite resolver exigencias específicas del proyecto. Por ejemplo, se puede optar por pilares de hormigón para ganar rigidez o mejorar la resistencia al fuego, mientras que las vigas metálicas aportan ligereza y flexibilidad en el diseño. 

Esta solución híbrida es habitual en naves que combinan zonas técnicas con espacios abiertos, o cuando se busca integrar la estructura en cerramientos más pesados.

 

6. Celosías autoportantes

Este tipo de estructura se utiliza principalmente como soporte de sistemas auxiliares, como estanterías industriales, cerramientos interiores o elementos técnicos. 

Su diseño en celosía permite aligerar el conjunto sin comprometer la estabilidad, y su carácter modular facilita tanto el montaje como futuras modificaciones. Son frecuentes en almacenes autoportantes o zonas logísticas donde el aprovechamiento vertical es una prioridad.

 

7. Plataformas o entreplantas metálicas

Cuando se necesita ganar superficie útil sin ampliar en planta, las entreplantas metálicas ofrecen una solución eficaz. 

Se instalan en el interior de naves existentes y permiten crear zonas de trabajo, almacenamiento o incluso oficinas sobre la superficie principal. Su montaje es rápido, no suele requerir obra húmeda y se adapta fácilmente al diseño previo del espacio. 

Son muy comunes en centros logísticos, espacios de preparación de pedidos o naves que incorporan funciones administrativas.

 

¿Estás valorando construir o reformar una nave industrial?

Elegir la estructura adecuada es solo una parte del proceso. No se trata solo de levantar una nave, sino de diseñarla para que se adapte a tus necesidades y pueda crecer contigo.

Si estás en fase de planificación o necesitas redefinir el uso de un espacio existente, cuéntanos tu proyecto. Te ayudamos a estudiar las opciones y a encontrar la solución estructural que mejor se ajuste a tu actividad.

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