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El papel de los ingenieros en la crisis de la COVID-19
Vivimos tiempos difíciles. En ausencia de una vacuna, todo parece indicar que la crisis generada por la COVID-19 va para largo, por lo que deberemos continuar con nuestras vidas y nuestras actividades económicas acometiendo una serie de cambios para maximizar nuestra seguridad y minimizar el impacto del Coronavirus.
Ante este panorama poco alentador, hay sin embargo una muy buena noticia. Y es que uno de los rasgos más identitarios del ser humano es, no cabe duda, su capacidad de adaptación.
Semejante habilidad nos ha permitido sobreponernos a grandes catástrofes, desafiar entornos hostiles para la vida… y nos permitirá, también en esta ocasión, salir adelante.
La infinita inventiva de los ingenieros
A los sanitarios les debemos tanto que siempre estaremos en deuda con ellos, no cabe duda. Pero muchos otros colectivos han contribuido en la mitigación de esta crisis.
El espíritu incansable de los ingenieros industriales de la Comunidad de Madrid fue sustancial, sin ir más lejos, para erigir y poner en marcha el Hospital COVID-19 IFEMA que ya ha hecho historia. Contando, por supuesto, con un nutrido grupo de profesionales de muy distintas áreas.
En esta instalación, que fue proyectada y pasó a ser funcional en un abrir y cerrar de ojos, se atendieron nada más y nada menos que 3.807 pacientes.
En una operación de este tipo, las labores de logística son primordiales. Se requiere un minucioso planeamiento y uso del material, de los recursos, el espacio, etc. Y por supuesto desarrollar un sistema que permita detectar de forma precoz posibles faltas para subsanarlas lo antes posible.
Labor que recayó en una Comisión de Ingeniería Médica y Sanitaria.
Un sector menos afectado por esta nueva crisis
Todo parece indicar que tardaremos en recuperar los niveles macroeconómicos previos a la crisis de la COVID-19. Con todo, ha habido sectores en los que el estado de alarma ha tenido una mayor incidencia, y otros que han podido adaptarse mejor a esta difícil coyuntura.
Es el caso por ejemplo de los ingenieros industriales que, en su mayoría, han seguido desempeñando su actividad según una encuesta del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Ciudad Real.
Muy pocos miembros de este colectivo, en comparación con otros sectores, han recalado en un ERTE, tan solo un 5%. Y un 65% añade además que la crisis ha cambiado muy poco o nada su situación laboral.
Eso sí, más de la mitad (un 55.06%), han teletrabajado durante la totalidad de su jornada laboral.
La adaptabilidad… laboral
Para entender estos datos, hay que comprender también que los ingenieros son un excelente exponente en cuanto a esa adaptabilidad que citábamos al inicio del artículo, trasladada al plano laboral.
Aportando una cantidad ingente de soluciones, adaptando los espacios a los nuevos requisitos que impone el Coronavirus, los ingenieros están contribuyendo, en definitiva, a dinamizar nuevamente la economía hasta que todo vuelva a su cauce.
Desde el papel en la logística sanitaria al rediseño completo de espacios de trabajo con mamparas y elementos de separación, pasando por el desarrollo y la inclusión de procesos de higiene y flujos de circulación de personas en grandes superficies, centros comerciales y otros lugares de ocio.
A fin de cuentas, son muchos los empresarios que están deseando reactivar su actividad económica pero no les es posible.
En algunos casos, porque no les es objetivamente rentable (por ejemplo, hasta recuperar ciertas cifras en materia de turismo). Pero en otros, porque necesitan alguna solución de la que carecen para cumplir la normativa que garantiza la seguridad de todos.
Con la situación actual y de cara a seguir con nuestra actividad laboral, económica, e incluso social, hacen falta recursos que nos permitan cumplir con las medidas de seguridad. En este escenario y desde ALTERTECNIA, deseamos reivindicar el papel de los ingenieros.
