ARTÍCULO
Los retos medioambientales del sector del frío industrial
Para conservar alimentos, para fabricar y conservar productos farmacéuticos, químicos o electrónicos, para el enfriamiento de maquinaria… Hay muchos y muy diferentes usos del frío industrial, aplicado a diferentes sectores.
Las plantas de frío industrial son instalaciones que utilizan tecnología de refrigeración para mantener temperaturas bajas en grandes espacios o para procesos industriales.
A pesar de su importancia en nuestra vida cotidiana y economía, el sector del frío industrial tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Este impacto se debe principalmente a dos factores: el consumo de energía y el uso de gases refrigerantes.
En un momento en el que la preocupación medioambiental crece en la sociedad ¿cuáles son los retos que tiene por delante el sector del frío industrial?
Producción de frío industrial: ¿cuál es su impacto en el medio ambiente del frío industrial?
Las plantas de frío industrial, que pueden variar en tamaño desde pequeñas unidades de refrigeración hasta grandes instalaciones que ocupan edificios enteros, son grandes consumidoras de energía.
Y esta energía, necesaria para alimentar los sistemas de refrigeración, puede contribuir al cambio climático si proviene de fuentes no renovables que emiten gases de efecto invernadero.
Por otra parte, muchos sistemas de refrigeración utilizan gases refrigerantes que, si se liberan al medio ambiente, también son potencialmente perjudiciales. Algunas de estas emisiones son gases de efecto invernadero, y ya sabemos su influencia en el aumento de la temperatura global.
Pero el frío industrial es imprescindible para numerosos sectores, ¿cómo se pueden afrontar los retos medioambientales que implica la producción industrial de frío, para que el impacto sea el mínimo posible?
Sostenibilidad y eficiencia energética, el futuro del frío industrial
Como hemos dicho, las plantas de refrigeración consumen grandes cantidades de energía y utilizan gases refrigerantes que contribuyen tanto al cambio climático como a la degradación de la capa de ozono. Por tanto, es un sector que puede y debe afrontar una progresiva transformación hacia la sostenibilidad.
Y todo eso, claro, sin perder de vista la seguridad alimentaria y la normativa a cumplir. Aquí puedes leer más sobre las normativas que afectan al sector alimentario con cadena de frío.
Al igual que está sucediendo en otros sectores, que atraviesan una transición energética para adaptarse a la exigencia de la sostenibilidad, el sector del frío industrial tiene por delante una gran oportunidad para innovar, con el desarrollo de nuevas tecnologías, respetuosas con el medio ambiente. Estos son los 3 ejes principales:
1. Eficiencia energética
Contar con una planta eficiente es fundamental para reducir el consumo de energía de la instalación. Esto implica la incorporación de tecnologías y prácticas que optimicen el rendimiento de los sistemas de refrigeración, como pueden ser el uso de compresores más eficientes, el aislamiento térmico adecuado y el control inteligente de la temperatura.
2. Energías renovables
La integración de fuentes de energía renovable en plantas de frío permite reducir las emisiones de CO2 y disminuir la dependencia de combustibles fósiles. Se puede lograr de varias maneras:
- Autoconsumo fotovoltaico industrial: implica la instalación de paneles solares en las plantas de frío industrial para generar electricidad y reducir la necesidad de comprar energía de la red eléctrica.
- Energías renovables térmicas: por ejemplo, la energía geotérmica puede utilizarse para enfriar los sistemas de refrigeración, mientras que la energía solar térmica puede utilizarse para calentar agua.
- Redes de calor y frío renovables: son sistemas innovadores que desempeñan un papel crucial en el suministro de calor y frío de manera eficiente, a través de una red de tuberías interconectadas en áreas urbanas. Utilizan fuentes de energía renovable y pueden proporcionar tanto refrigeración como calefacción a las plantas industriales.
3. Refrigerantes naturales
Los refrigerantes naturales son sustancias que están presentes de manera natural en la biosfera y que no dañan la capa de ozono ni tienen un alto potencial de calentamiento atmosférico. Su liberación a la atmósfera por la mano del hombre, ya sea deliberada o accidental, no altera el equilibrio medioambiental.
El amoníaco, el CO2 o los hidrocarburos son refrigerantes naturales, o de bajo impacto ambiental, que pueden sustituir a los químicos tradicionales.
Estas soluciones son viables y ya se están implementando en muchas plantas de frío industrial. Representan una oportunidad para innovar y desarrollar nuevas tecnologías y prácticas que puedan reducir estos impactos en el futuro.
Sin embargo, también requieren un compromiso por parte de la industria y los reguladores para implementar estas soluciones y avanzar hacia un futuro más sostenible.
Lo deseable es una acción internacional coordinada: según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Agencia Internacional de Energía (AIE), si los distintos países integran políticas que regulen, de forma coordinada, los sistemas de enfriamiento y prioricen aquellos eficientes respetuosos con el clima podría evitar hasta 460.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas cuatro décadas.
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